Un candidato no debe dirigir la campaña

En las campañas electorales locales aumenta la posibilidad de que haya pequeños errores que pueden ser determinantes. Esta tendencia se debe a que en el entorno local se tienen diferentes recursos humanos y económicos para llevar a cabo una campaña electoral.

Cuando la campaña electoral se encuentra en una fase ejecutoria o fase de comando, es decir, que ya se ha estudiado la opinión pública y se han elaborado las estrategias; se deben coordinar y dirigir todas las acciones bajo la estrategia en pro de la victoria; sin embargo, el error común en elecciones locales (como regidurías o delegaciones), es que el candidato o candidata adopte dichas funciones de dirección y coordinación, de hecho, el encargado de estas funciones tiene incluso la facultad de negar o exigir al candidato actúe de cierta manera, a fin claro, de protegerlo y de acercarlo al triunfo.

Los días de campaña suelen ser intensivos, por lo que el candidato debe concentrarse en dar la cara al público, a los medios, a los adversarios, y a toda circunstancia de la mejor manera, siempre guiado por el coordinador. Este papel, para ejemplificarlo, es igual de importante que el de un navegante o copiloto en un rally, pues éste, canta de manera anticipada las características del camino, y con ello el piloto —en este caso, el candidato— tiene un mejor rendimiento. 

Cuando un candidato toma las riendas de su propia campaña puede hundirse a sí mismo sin darse cuenta, pues su limitada y eufórica forma de ver las situaciones pueden sabotearlo. Por ello, se recomienda que el coordinador de campaña no tenga lazos afectivos estrechos con el candidato, que se mantenga lejos de las disputas internas del partido o equipo de campaña (si estas existiesen), y que se encuentre en condiciones de confrontar al propio candidato cuando así lo vea conveniente. Dudo que haga falta decirlo, sin embargo, dadas las cualidades y facultades que debe tener tan importante personaje, éste deberá tener conocimiento de estrategias políticas y marketing político. Un candidato no se dirige solo, si quiere ganar, debería tener prohibido ser su propio jefe de campaña.

Con esto, se deja asentado uno de los varios problemas usuales en las campañas políticas de cobertura reducida. Nunca se debe subestimar al oponente, mejor hacer las cosas bien desde inicio.

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